La posibilidad de un trasvase de agua desde el curso Bajo del Duero contemplada en el Plan Hidrológico Nacional del año 93 en el conocido como «Plan Borrell» que partiendo el embalse de Villalcampo en Zamora llevase el caudal hacia el Tajo por los Altos de Barahona y de ahí hasta la zona del levante español se ha reabierto como una posible alternativa en el programa de gobierno del PSOE ante las próximas elecciones.
El Partido Socialista se ha opuesto frontalmente al trasvase del Ebro, y trabaja con distintas alternativas para solventar el problema de falta de agua en el Levante español, según la información publicada el pasado jueves por el diario ABC. El programa plantea la transferencia de agua al Segura «procedente de otras cuencas», mientras el documento alternativo al Plan Hidrológico Nacional elaborado en 2001 habla de que el mencionado río necesitaba aportes de agua adicionales, aunque no explicitaba de qué procedencia. La secretaria de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del PSOE, Cristina Narbona, explicó que la idea es aprovechar la infraestructura del trasvase Tajo-Segura, capaz para mi hectómetros cúbicos y que no suele llevar más allá de 330 ó 400. Aunque Narbona habla de que se barajan «varias alternativas», un análisis de las posibilidades existentes coloca al trasvase desde el curso bajo del Duero (Villalcampo) como el más viable técnicamente. Los trasvases desde el Jarama y el Tajo fueron desechadas técnicamente por los documentos técnicos que acompañan al Plan Hidrológico debido a la mala calidad del agua y por tener afecciones hidroeléctricas significativas, además de no tener garantizada la circulación de caudales. Narbona, como antes había declarado el presidente castellano manchego, José Bono, descartó más aportes de agua desde esa comunidad a Murcia, debido a que casi no cubre sus propias necesidades. Con estos antecedentes la única cuenca con posibilidad de aportar recursos adicionales al Tajo-Segura es la del Duero. Las opciones Duero Alto y Duero Norte (afluentes de la margen derecha) fueron rechazadas técnicamente en el Plan Hidrológico, mientras que la última alternativa, la del Bajo Duero es la que técnicamente es más factible de llevarse a cabo. Esta opción tiene una longitud de 638 kilómetros y parte del embalse de Villalcampo hasta cruzar la divisoria Duero-Tajo por los altos d
El consejero portavoz de la Junta de Castilla y León, Antonio Silván, se niega a «abrir de nuevo el debate» sobre los trasvases. Respecto a los posibles planteamientos del programa electoral socialista, Silván recordó que el modelo de trasvase desde el Duero fue llevado a cabo «dentro del denominado Plan Borrell, que el propio PSOE rechazó en su día» y que posteriormente también fue «excluido expresamente del Plan Hidrológico Nacional». El consejero pidió explicaciones al PSCL sobre las consecuencias que el trasvase tendría para Castilla y León «cuando claramente se acordó que no se detraería agua de la cuenca del Duero». Si embargo, el propio Silván mostró su convicción de que el Partido Socialista de la comunidad autónoma se opondría a esta obra e «impedirán este peaje al Gobierno del PSOE y coaligados en Cataluña». El portavoz del Ejecutivo fue más allá, al acusar a los socialistas de estar improvisando todas sus propuestas para un futuro Gobierno de la nación tras las elecciones del 14 de marzo.
Villalba recuerda que hay consenso en la región desde 1994 sobre esta materia
El secretario general del Partido Socialista de Castilla y León, Angel Villalba respondió a las declaraciones del consejero de Fomento, Antonio Silván, sobre una posible propuesta socialista de trasvase del Duero al Tajo-Segura. «Entendí algo, entre balbuceo y balbuceo, de su despiste en esta materia», indicó el socialista refiriéndose al portavoz de la Junta. Villalba recordó que en 1994 las Cortes de Castilla y León aprobaron por unanimidad un acuerdo que rechazó posibles trasvases desde las cabeceras del Duero y sus afluentes, por no existir capacidad de recursos, y admitió la posibilidad de que se realizaran desde los cursos bajos del Duero, Esla y Tormes, siempre que se mejoraran las dotaciones hidráulicas y medioambientales y los acuíferos. Villalba expresó su respeto a este acuerdo, que secundó el entonces presidente de la Junta, Juan José Lucas y conminó a Silván a que «reflexione y revise estos antecedentes» a la vez que anunció la petición de una comparecencia «para ver si la postura del Gobierno Regional ha variado en este asunto». El secretario general del PSCL subrayó que su partido no tiene ningún planteamiento concreto sobre este posible trasvase, y se atuvo al acuerdo de 1994, salvo que haya razones de urgencia que justifiquen la aplicación del excedente de agua, que la Confederación Hidrográfica del Duero ha cuantificado en 4.866 hectómetros cúbicos en el curso bajo del río y tras una «compensación previa» a la Comunidad.
Villalba dio ayer «un toque» a la Junta de Castilla y León para que «recupere su tono institucional y de propuestas» y evite la actual «confusión total» con el partido que sostiene al Ejecutivo, el PP. e Barahona, bordeando el sistema central por el norte. El principal inconveniente de esta opción está en las necesidades de caudal mínimo que deben llegar a Portugal.
Un «peaje» que pagar al Gobierno de Cataluña, dice Silván
El consejero portavoz de
la Junta de Castilla y León, Antonio Silván, se niega a «abrir de nuevo el debate» sobre los trasvases. Respecto a los posibles planteamientos del programa electoral socialista, Silván recordó que el modelo de trasvase desde el Duero fue llevado a cabo «dentro del denominado Plan Borrell, que el propio PSOE rechazó en su día» y que posteriormente también fue «excluido expresamente del Plan Hidrológico Nacional». El consejero pidió explicaciones al PSCL sobre las consecuencias que el trasvase tendría para Castilla y León «cuando claramente se acordó que no se detraería agua de la cuenca del Duero». Si embargo, el propio Silván mostró su convicción de que el Partido Socialista de la comunidad autónoma se opondría a esta obra e «impedirán este peaje al Gobierno del PSOE y coaligados en Cataluña». El portavoz del Ejecutivo fue más allá, al acusar a los socialistas de estar improvisando todas sus propuestas para un futuro Gobierno de la nación tras las elecciones del 14 de marzo.